Encontrar la medida justa a los festivales, como todo en la vida, es realmente complicado. El
Primavera Club empieza a encontrar su sitio, pero no acaba de consolidarse. Dejarse llevar por el criterio de la gente del
Primavera es un valor bastante seguro y nos apuntamos a todo a pesar del riesgo que eso supone. El cartel del
Primavera Club 2010 presentaba una serie de artistas desconocidos por la gran mayoría, en la cual me incluyo. Solo
Cass McCombs (del que ya hemos hablado aquí) y
Devendra Banhart eran los nombres que más sonaban.
En la primera jornada fue un placer descubrir a
The Black Heart Procession, desde San Diego. He llevado su último disco
Six (2009) y
Amore del Tropico (2002) en el mp3 estos días y son buenísimos, en directo no defraudaron y con su rock puramente americano consiguen hundirte en una atmósfera chunga de tristeza. Grandes músicos y grandes canciones. Arreglaron el lamentable espectáculo que dejaron
The Pastels (con todo el respeto a sus fans) que cómo su nombre indica... podemos adivinar en una sola palabra como fue ese concierto.
El jueves seguí en mi soledad, ya que Carme tosía como una loca en el sofá, bajo la manta. Así que me dirigí directamente a la
2 de
Apolo, con la intención de ver a
Smoking Bambino, por aquello de ver a un tipo del país y del que tenía muy buena impresión después de navegar por su myspace. Acompañado de una guitarra y de un percusionista Bambino consigue hacernos creer que mola durante las tres primeras canciones, luego empiezas a pensar que no pasa de allí, que es muy bueno en eso, pero que no va a más. La noche se va llenando de humo y la sala grande del
Apolo se rinde ante el rock inmenso de los suecos
The Soundtrack of Our Lives. El grupo disfrutó e hizo disfrutar a todo el público con un concierto de gran nivel. Rock inmenso, casi espiritual. Otra lección de rock de altura la dieron
Retribution Gospel Choir, los de Minnesota, en formato de trío, salvajes desde el primer momento hicieron todo el ruido que pudieron y se curraron un buen concierto. Bestiales. Entre medio de estos dos conciertos la sorpresa de la noche la daban
Kid Congo & The Pink Monkey Birds con un energético directo lleno de soul-rock dónde las penetrantes líneas de bajo no dejan salir al punk que llevan dentro. Una banda, que seguramente acabará siendo
super-mega-cool, todo apunta a eso, pero que tienen un directo de puta madre y muy bailable.
El viernes tenía cena con el equipo de fútbol y evidentemente aparté mis pajas musicales para salir a cenar y demás. El sábado, finalmente llegó uno de los conciertos que más deseaba. Después de ofrecernos uno de los mejores discos del año
Catacombs (2009) Cass McCombs salía al escenario de la
2 en su primer concierto, el domingo volvería a tocar en la sala grande.
Cass McCombs enamora y sus canciones infinitas y sin ninguna prisa las defiende bien ante el público, quizás mejor en un bar, o con más intimidad. El fallo eran los músicos. Dos petardas acompañaban al nómada americano, una en el bajo y otra con el teclado. Perdonad, no porque sean tías, muchas mujeres han demostrado ser grandes músicos, no quiero entrar en eso, pero es que eran muy limitadas, que pena. Repasó un poco toda su discografía y realmente fue un buen concierto, acabo con la gran
Harmonia, cuando pensaba que ya no sonaría, y me dejó tocado... Salí con muy buen rollo en el cuerpo y me fui para casa en moto, cantando como un tonto aprovechando la resonancia del casco.
http://www.myspace.com/theblackheartprocessionhttp://www.myspace.com/officialtsoolhttp://www.myspace.com/retributiongospelchoirhttp://www.myspace.com/kidcongoandthepinkmonkeybirdshttp://www.myspace.com/smokingbambino